De cuando perdí a mi mamá en Barcelona
Hace 2 años viajamos y la primera parada fue Madrid. Queríamos visitar a mi prima y a su hermosa familia. Después de unos días dedicados a dormir para cuadrarnos en horario y conocer un poco la ciudad, alistamos las maletas de mano (íbamos viajando en línea económica por toda Europa) y nos preparamos para salir en tren hacia Barcelona.Mi mamá, que ha visto desde hace 30 años el desorden total de mi cuarto "creativo" no podía creer el orden en el que registraba en una carpeta los mapas, hoteles, reservas, boletos y demás. Íbamos y llegamos demasiado encima de la hora a la estación de trenes. Corrimos por la fila, los pasillos, nos detuvimos en la máquina de escaneo donde tuvimos que dejar las maletas, el bolso de mi mamá y la cámara. Tomé todo de prisa (mi mamá tiene un brazo con el que no puede hacer fuerza, por lo que decidí cargarme todo yo), le tomé una foto a mamá y nos subimos al tren 5 minutos antes de su cierre. Nos acomodamos y entonces, viendo nuestras pertenencias le pregunté a mi mamá si había cogido la cámara del scan. No. Así que salí corriendo con los boletos en la mano y le dije: No te muevas de acá, má.
¿Qué hacer? ¿Llamar a mi prima? Me revisé los bolsillos. No tenía su número. No tenía nada. Ni un euro, ni mi celular, ni mi carpeta, ni mi pasaporte. Me desesperé. Un señor pasaba y le dije: Perdí a mi mamá. El hombre me indicó dónde quedaba atención al cliente, y nerviosa, temblando, preocupada por el terror que estaría pasando mi mamá, se me hizo eterno el tiempo que tuve que esperar hasta que me llamó. Le expliqué mi problema. Ella, muy amable me dijo que lo único que podía hacer era comprar un nuevo boleto para el siguiente tren. ¡Pero no tengo dinero! ¡Ni el número de nadie! Ella me dijo que llamara a mi país, que me ayudaría con la llamada, pero, ¿quién me iba a contestar a las 2 de la mañana para comprarme un pasaje?
Me escondí en un rincón de la cocina (no sabía qué tan clandestina había sido la colada en el tren). Los meseros me miraban intrigados, yo hacía como que revisaba la cámara, pero en realidad me estaba muriendo de terror.¡Pues mira que extraño!, escuché. ¿Nadie ha visto a una niña que perdió a su mamá? En ese momento salí de mi "escondite", él me preguntó qué hacía ahí, y bueno, no le pude contestar. Me llevó a una silla de algún pasajero al que también lo dejó el tren (gracias, donde quiera que estés... a veces uno no sabe a quién beneficia cuando "pierde" algo). Una monja argentina estaba sentada ahí, y me preguntó qué me había sucedido (así de nerviosa me veía). Le conté la historia y de vez en cuando se me escapaba una lágrima, estaba aterrada por mi mamá. Ella me dijo que estaría bien, que no me preocupara, y me dio de comer, hasta quería darme dinero (les digo que uno se encuentra ángeles por el camino).
La abracé y otra vez a llorar como china chiquita. ¿Pero qué pasó?, me dijo mi mamá como si no hubiera pasado nada. Yo sabía que usted tenía que llegar aquí, pues aquí la esperé. Miré mi celular, ya se había conectado a la red WIFI, y había enviado mensajes a todo el mundo en mi whatsapp (eso ella, en ese momento, no sabía cómo hacerlo), diciéndoles que estaba bien y que me estaba esperando.
Mi mamá, mi ejemplo, mi aventurera, me ha dicho siempre que no hay que desesperarse, que así se manejan mejor las cosas. Mi mamá, mi guerrera, mi ejemplo, en ese viaje me enseñó a no perder la esperanza.
.
Tienes una súper mamá,sentí pánico por tu terror, lo importante es la experiencia y el buen final. Saludos a tú mamá!
ResponderEliminarTienes una súper mamá,sentí pánico por tu terror, lo importante es la experiencia y el buen final. Saludos a tú mamá!
ResponderEliminarGracias, Carito. Feliz día para ti :)
EliminarQue susto. Pero es verdad lo de los ángeles
ResponderEliminarQue historia LiZzz!!!! La experiencia de los padres no tiene comparación... Siempre siempre debemos estar abiertos a aprender de ellos, porque no han pasado por esta tierra en vano
ResponderEliminar